Por el momento, ningún representante del kirchnerismo duro se expresó sobre la iniciativa. El Presidente, por ahora, sumó el respaldo de Juan Manzur, Sergio Massa y de la mayoría de los ministros del Gabinete
Máximo Kirchner, Axel Kiciloff y Cristina Kirchner, en un acto con el presidente Alberto Fernández en 2021. Por el momento nadie dentro del kirchnerismo se expresó a favor de la convocatoria presidencial a sentarse en una mesa nacional para discutir la estrategia electoral oficialista.
La convocatoria que hizo Alberto Fernández este domingo para el armado de una mesa nacional en la que se discutirá la estrategia electoral del Frente de Todos no cosecha adhesiones en el kirchnerismo, uno de los socios mayoritarios de la coalición oficialista. Ni Cristina Kirchner, ni su hijo Máximo, ni el gobernador bonaerense Axel Kicillof se expresaron todavía públicamente o a través de sus redes sociales sobre la iniciativa de sentarse a discutir cómo enfrentar el futuro inmediato. Tampoco lo hicieron los principales referentes de La Cámpora, ni los intendentes de peso de esa línea interna del Conurbano bonaerense.
En el sector que lidera CFK pretenden que el debate sea más amplio, por eso evitan pronunciarse. Se mantienen a la expectativa y observan que si el Presidente no quiere hablar de candidaturas puntuales ni de gestión, ese encuentro no servirá demasiado. Piden “discutir las políticas que se desarrollarán para conquistar a la mayoría electoral”. Tampoco cayeron bien las declaraciones radiales del jefe de Estado de esta mañana donde se refirió a la Vicepresidenta como parte del pasado y señalan con énfasis que la frase acerca de que “la Argentina tiene un historial de personalismos que yo no quiero imponer” la tuvo como destinataria.
Mientras tanto, el jefe de Gabinete, Juan Manzur, quien llegara a ese lugar en septiembre de 2021 con el aval de la ex presidenta, se transformó en uno de los dirigentes de peso dentro del Frente de Todos que decidió respaldar públicamente la decisión presidencial. El domingo por la noche lo había precedido el ministro de Economía, Sergio Massa, líder del Frente Renovador.
“Celebramos y acompañamos la iniciativa del presidente de convocar a un espacio de debate para que nuestro espacio político continúe profundizando el sendero de desarrollo, con un sentido federal e inclusivo”, escribió Manzur en su cuenta de Twitter en la que replicó la publicación de Fernández. Massa lo había hecho desde la cuenta del Frente Renovador, el domingo por la noche, con apenas una sentencia: “Desde nuestro espacio vamos a participar con la convicción de sumar”.
El tucumano, quien había insinuado que en el verano se alejaba del Gobierno para dedicarse a la pelea electoral en su provincia, decidió quedarse y se encolumnó detrás del mandatario. Otros once ministros del gabinete nacional también decidieron retuitear casi al instante el mensaje que publicó el jefe de Estado apenas unos minutos después de las 10 de la mañana del domingo. Gabriel Katopodis (Obras Públicas), Victoria Tolosa Paz (Desarrollo Social), Daniel Filmus (Ciencia y Tecnología), Santiago Cafiero (Relaciones Exteriores), Matías Lammens (Turismo y Deportes), Ayelén Mazzina (Mujeres, Género y Diversidad), Aníbal Fernández (Seguridad), Raquel “Kelly” Olmos (Trabajo), Juan Cabandié (Ambiente), Santiago Maggiotti (Hábitat y Desarrollo Territorial) y Diego Giuliano (Transporte) conformaron esa lista.
Apenas dos gobernadores de territorios gestionados por el justicialismo se sumaron apoyando la iniciativa presidencial. El catamarqueño Raúl Jalil, uno de los más cercanos al Presidente, y el pampeano Sergio Ziliotto tomaron posición rápidamente. Hubo, además, adhesiones de diputados como el santafesino Germán Martínez (jefe de la bancada oficialista en la Cámara Baja), el entrerriano Marcelo Casaretto y el bonaerense Julio Pereyra, y de funcionarios como Cecilia Nicolini (viceministra de Ambiente) y Silvina Batakis (directora del Banco Nación tras su fugaz paso por el ministerio de Economía).
Cristina Kirchner, en cambio, eligió tuitear sobre las elecciones que se hicieron en Ecuador, donde varios candidatos que responden al ex mandatario de ese país Rafael Correa (refugiado en Bélgica por las acusaciones de corrupción en su contra), se impusieron en las elecciones que se hicieron este domingo. No publicaba nada en sus redes desde la Cumbre de presidentes de la CELAC que se hizo el 24 de enero en Retiro. En esa fecha había recibido a tres mandatarios latinoamericanos en su despacho del Senado: Gustavo Petro (Colombia), Xiomara Castro (Honduras) y Luis Arce (Bolivia).
“Lo que ellos dicen es lo que menos me preocupa, no voy a hablar un segundo de eso, cada uno tiene el derecho de pensar lo que quiera, yo voy a mostrar lo que pasó”, había manifestado Alberto Fernández en un reportaje que le hicieron en la Quinta de Olivos como respuesta a los cuestionamientos internos que había recibido en los últimos días de algunos referentes del kirchnerismo como Andrés Larroque o Máximo Kirchner.
No quiso tampoco entrar en polémicas cuando lo consultaron sobre su relación con el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, quien había dejado trascender un fuerte malestar por haber sido marginado de un encuentro con Lula da Silva y organismos de derechos humanos. Se habló en el entorno del funcionario de “falta de códigos” y hubo una escalada que se frenó con un tuit del propio De Pedro dejando atrás el incidente, pero sin desmentirlo.
“Yo sé con quién puedo gobernar y con quién no. Y yo gobierno con quien puedo gobernar”, afirmó sobre el ministro más cercano que Cristina Kirchner tiene en el Gabinete.
El Presidente, tanto en ese reportaje radial como en el acto que encabezó en Paraná, Entre Ríos, en el que se entregó la vivienda 85.000 de su gestión, hizo mención a la necesidad de lograr la unidad dentro del peronismo que derive en un triunfo electoral este año. Citó un libro que está leyendo que contiene un pedido de Juan Domingo Perón en 1972 para imponerse en las elecciones que se realizarían un año más tarde. Una situación que intentará replicar con esta convocatoria a la mesa nacional. Esa a la que el kirchnerismo, por ahora, no muestra señales de adhesión.