La policía de Nueva York arrestó este miércoles a un hombre de 62 años, acusado de disparar y herir a más de diez personas en el subte.
La policía de Nueva York detuvo este miércoles al principal sospechoso del tiroteo en el subte de esa ciudad estadounidense que el martes dejó a 10 personas con heridas graves, informó la fuerza.
El detenido fue identificado como Frank Robert James, de 62 años, quien era intensamente buscado tras el ataque que dejó 23 heridos, 10 de ellos de bala.
El hombre fue detenido cuando caminaba por la calle en el sur de Manhattan, indicó la cadena CNN
La policía señaló que James «disparó numerosos tiros dentro de un vagón del subte de la línea ‘N’ en la estación de la Calle 36 y la Avenida 4 causando lesiones graves a 10 personas».
Asimismo, indicó que su tarjeta de crédito y las llaves de una camioneta que había alquilado fueron encontrados en la escena del ataque, indicó el medio CBS News.
Armado con una pistola, el sospechoso se puso una máscara antigás cuando el tren estaba llegando a la estación, luego abrió dos latas de humo y empezó a disparar, dijo la policía.
El atacante hizo 33 disparos, dijo el jefe de policía de Nueva York, James Essig. La fuerza encontró una pistola Glock 17 de 9 milímetros, tres cargadores de municiones adicionales y un hacha.
James había publicado varios videos en YouTube en los que aparece dando largas, y a veces agresivas, arengas políticas. También criticaba al alcalde de Nueva York, Eric Adams.
El incidente no está siendo investigado como un acto terrorista y ninguno de los heridos está en peligro de muerte.
Nueva York viene registrando este año un aumento de los tiroteos y el repunte de los delitos violentos es una de las principales preocupaciones de Adams, quien asumió en enero.
Hasta el 3 de abril, los incidentes con disparos se elevaron a 296, contra 260 en el mismo período del año pasado, según las estadísticas de la policía.
Leyes laxas y el derecho constitucional a portar armas complicaron los intentos por reducir la cantidad de armas que circulan en Estados Unidos, aun cuando la mayoría de los estadounidenses son partidarios de un mayor control.